Alineadores Invisibles: ¿Por qué elegir alineadores invisibles en lugar de brackets? | Rincón del Vago

¿Por qué elegir alineadores invisibles en lugar de brackets?

Alineadores Invisibles
 

¿Por qué elegir alineadores invisibles en lugar de brackets?

Además de todas las ventajas ya mencionadas existen otros puntos a tomar en cuenta a la hora de elegir el tratamiento para mejorar tu sonrisa ya que aunque el objetivo de ambas técnicas es el mismo sí existen diferencias significativas en el proceso.

La ortodoncia clásica utiliza brackets metálicos o estéticos para lograr que los dientes se muevan. Los brackets tienen una serie de ranuras por las cuales se inserta un alambre en forma de arco y se adhieren al diente en una posición e inclinación concreta. Esta debe ser calculada por el profesional de manera muy cuidadosa ya que de ello dependerá el resultado y será lo que trasmita fuerza al arco para que mueva los dientes.

A pesar de que el odontólogo determina la posición de cada bracket en función del movimiento que desea realizar no puede medir la magnitud de la fuerza a aplicar y, además, las fuerzas que provoca en unos determinados dientes pueden provocar movimientos no deseados en los dientes adyacentes.

Puesto que los dientes están unidos por un alambre y, tal como se describe en la tercera ley de Newton, se produce principio de acción y reacción, el cual dice que “todo cuerpo que ejerce una fuerza sobre otro cuerpo experimenta una fuerza de igual intensidad en la misma dirección, pero en sentido opuesto”. Esta es una de las principales causas de que los tratamientos con aparatos tradicionales puedan ser mas largos en el tiempo si se comparan con las nuevas técnicas. Además, son más agresivos, puesto que provocan esas fuerzas indeseadas en dientes que no necesitaban tanto movimiento.

A esto debemos sumar que es un tratamiento más incómodo y antiestético para el paciente. El aparato dental puede provocarle dolor, causarle úlceras y llagas en la boca al rozarse con la mucosa oral, desmineralización dental, lo que modifica la coloración del esmalte y su resistencia al ataque ácido de alimentos y bacterias, o incomodidad durante las comidas puesto que se acumulan restos de ella entre los aparatos. Además, la higiene dental es más complicada ya que, en muchos casos, se dificulta la limpieza en las zonas menos accesibles.

En cambio, los alineadores invisibles, si bien es cierto que su componente estético es uno de los valores por los que más resalta, tienen también otras particularidades técnicas que los convierten en una opción con la que se consiguen mejores resultados de manera más sencilla y con menores molestias para el paciente.

El profesional certificado en la técnica usa un software informático para poder planificar por completo todo el tratamiento. El odontólogo escanea primero la boca del paciente lo que le permite obtener una imagen tridimensional y en tiempo real de toda la dentadura. A partir de esta imagen, el doctor será capaz de descubrir todos los problemas de malposición dentaria del paciente y decidir cómo se desarrollará el tratamiento. Es decir, que desde el primer momento tanto el odontólogo como el paciente sabrán cuánto tiempo va a durar el tratamiento y cuál será el resultado final.

Las ventajas de esta planificación no se limitan a saber cómo será el tratamiento completo. Un doctor que domine la técnica es capaz de saber cuánta fuerza es necesario aplicar a cada diente para que este modifique su posición ya que el software simula digitalmente, y de manera dinámica, los movimientos de los dientes ante los cambios que el odontólogo aplique. La fuerza se ejerce en toda la superficie del diente y no en un punto concreto, lo que elimina una de las mayores problemáticas de la ortodoncia metálica tradicional, asegurando así que todos los dientes se alinearán correctamente sin tener riesgo de que, por el movimiento de uno, otro se mueva hacia una mala posición.

Esto hace que sea una técnica más rápida y, sobre todo, más cómoda para el paciente. Además de ser prácticamente invisibles, los alineadores causan apenas molestias y se extraen para comer, lo que facilita la higiene posterior. Los alineadores, además, no causan heridas ni llagas en el interior de la boca lo que hace que puedan utilizarse incluso para practicar deporte.



¿Con qué frecuencia hay que llevar los alineadores?

Se deben llevar todo el tiempo que dure el tratamiento, excepto cuando coma, se cepille los dientes y utilice hilo dental.